UNA PREGUNTA INQUIETANTE (QUE NO PUEDO HACER EN VOZ ALTA)

Alejandro Magno, cuya gesta dio origen a la Gran Unificación que engendró la civilización.

Si destruyes los mitos y la historia de un pueblo, habrás destruido a ese pueblo. Si el pueblo (o concatenación de pueblos) a los que atacas son aquellos que a partir de la gran unificación que representó el Helenismo conformaron y expandieron la civilización (a la que solo se opusieron unos cuantos talibanes concretos que se sublevaron contra los Seléucidas, negándose siempre después a aceptarla) estás destruyendo esa civilización (la única) y abriendo paso para sustituirla por algo diferente, que jamás podrá ser considerado civilización.

Últimamente estamos asistiendo a como el cine de Hollywood y compañías muy concretas como Disney y Marvel se dedican a destruir los mitos más antiguos de aquellos pueblos que hicieron y expandieron la civilización (hay películas en las que estos ataques son más evidentes y ramplones que otras: Shrek, Thor…). Y vemos , además, como se dedican también a falsear la historia en aras de una supuesta “diversidad e integración” que, en realidad, aporta ideas erróneas sobre el pasado cimentando, en las mentes ignorantes, una imagen sesgada (e interesada, porque insiste en la destrucción y disolución del legado histórico, mitológico y civilizatorio de determinados pueblos puestos en la mira y su sustitución por otros, al menos, y de momento, en la pantalla) de lo que realmente sucedió y de quienes hicieron realmente la historia (sin olvidar en este rubro el interesado empecinamiento en la Leyenda Negra antiespañola).

Naturalmente, la censura existente me impide argumentar con más claridad y más profundidad.

Simplemente, porque no me atrevo a ir más allá incluso dentro de mi propio caletre, busco los rasgos comunes de individuos como el CEO de Disney (Bob Iger), el CEO de Marvel (Avi Arad), los productores de Shrek (Jeffrey Katzenberg, Steven Spielberg) o el director de Thor Love and Thunder (Taika Waititi) y en voz muy bajita me pregunto si algunos cabrones del pasado con los que no me identifico y a los que no añoro, no tendrían algo de razón…

No sé…yo volveré, como siempre, a Quevedo y leeré La Isla de los Monopantos, publicada en Zaragoza en 1650.

Y que nadie se equivoque: aunque no sienta ninguna simpatía por Filón, considero a Tiberio Julio Alejandro un hombre civilizado sin diferencia con ningún otro. Se trata solo de salvar la civilización, no de estigmatizar a estos o aquellos. Es la eterna lucha entre Ecúmene y barbarie. Ahora estamos asediados por los bárbaros, que dominan el mundo. Va siendo hora de pensar en restablecer el imperio, es decir: la Ecúmene.

Sol Invicto, dios ecuménico.

© Fernando Busto de la Vega.

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