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PORNOGRAFÍA (TRES PEQUEÑAS REFLEXIONES)

En estos tiempos en los que la llamada Revolución Conservadora comenzada en Francia en 1976 y extendida mundialmente desde Estados Unidos a partir de 1977 está alcanzando la cresta de la ola bajo apariencia progresista (con el habitual caballo de Troya del feminismo y lo woke a la cabeza) conviene reflexionar al respecto para acotar el mundo que debemos conseguir (y que dista mucho de los delirios friquis del evangelismo anglosajón que trata de imponer su ideología por el mundo utilizando todos los disfraces y las falacias a su alcance para camuflarse y mentir haciendo demagogia que conduzca al prohibicionismo).

Por lo tanto, quiero hacer tres pequeñas reflexiones al respecto de la pornografía:

1.- El problema no es la pornografía, sino el capitalismo.

2.- El problema no es la pornografía, sino el puritanismo prohibicionista y totalitario.

3.- Se diga lo que se diga, la pornografía es siempre revolucionaria y eso lo reconoció el propio Nixon cuando, contra todo pronóstico, el Congreso de los Estados Unidos la legalizó en 1969 y él dijo que la iba a combatir a sangre y fuego porque era peor que el comunismo y representaba un factor más efectivo de subversión. Más tarde, en 1973, se produjo la campaña contra Garganta Profunda que perdió el conservadurismo más rancio con una sola comparecencia televisiva de una señora mayor, alguien cualquiera de la calle, con ropa ya trasnochada y de evidente posicionamiento conservador que, al ser preguntada por la película, respondió: “yo no voy a ir a verla, pero quiero tener la libertad de poder hacerlo”.

Y ahí se resume todo el problema: LIBERTAD.

Yo quiero ser libre y que todos lo seamos. Parte de esa libertad pasa por la no imposición de normas sectarias sobre la vida sexual de la sociedad y el cambio de paradigma que criminaliza al sexo per se, y una muy buena forma de normalización y propaganda de esa libertad pasa por la pornografía, que debe ser dignificada como arte. Y volvemos ahí al primer planteamiento de este artículo: el problema no es la pornografía, sino el capitalismo y el puritanismo…podría dedicar horas a explicarlo, pero no es preciso. Quien no lo comprenda a la primera, no querrá comprenderlo nunca.

Una última cosa: el prohibicionismo anda ahora recurriendo, como siempre, a argumentos médicos y advirtiendo apocalípticamente de los efectos de la pornografía en el cerebro. ¿Recuerdan cuando decían que la masturbación provocaba ceguera y otros estragos en la salud y los médicos lo avalaban al cien por cien con su autoridad?…Es lo de siempre: los estudios médicos, y sobre todo psiquiátricos, siempre dicen lo que quienes los financian quieren que digan, no son de fiar y mucho menos concluyentes. Además, es imposible mantener a los miembros de determinadas sectas con poder económico y social fuera de las universidades, de hecho muchas de ellas, especialmente las privadas, nacieron y se mantienen para justificar la ideología de dichas sectas, no para encontrar la verdad. Ergo…no creáis lo que os dicen la prensa o los estudios, preguntaos quién paga la “información” y qué pretende. Seamos libres, seamos revolucionarios…ahora que viene el fin de semana haced algo increíblemente inmoral (moral viene de mores, costumbres, no tiene nada que ver con la ética) y escandaloso. A ser posible, acompañados.

© Fernando Busto de la Vega.

EL MALVADO CARABEL

Que una novela sea llevada al cine suele ser sinónimo de éxito (y de decepción de su autor y lucro abusivo e indebido de la editorial de turno) y parece augurar una supervivencia popular del libro y la película y puede que sea así en la industria anglosajona. En la española, no.

En España la soberbia presuntuosa, maniquea, partidista y totalitaria de la Izquierda ejercida desde mediados de los años cincuenta no solo como oposición al bando vencedor sino como parte de la estrategia propagandística mundial del imperialismo comunista en sus dos versiones (moscovita y maoísta) así como la profunda incultura y aculturación sajonizante de los lamentables vástagos de la Derecha, clase inmunda en todo similar a las élites neocoloniales de América y África (de hecho ambas: nuestra Derecha y nuestra Izquierda, nos convierten en un país tercermundista y por ello deben ser aniquiladas para poder restablecer el futuro que nos corresponde) han impedido el desarrollo de una adecuada industria cultural sobre la que apoyar una identidad unitaria, poderosa y orgullosa de su pasado y de su futuro. Vivimos en un erial, en la total decadencia e inmundicia cultural y artística por culpa de la perpetua guerra civil llevada a cabo por las “dos Españas” que no son sino estructuras artificiales financiadas por nuestros enemigos. España es un zombi parasitado (deslavazado y provinciano) en todos los aspectos, también, y sobre todo, en lo cultural y artístico.

Por ese motivo, que una novela sea llevada el cine, incluso en varias ocasiones, como Currito de la Cruz, sobre la que ya hablamos en estas mismas páginas, o la que venimos a tratar hoy: El Malvado Carabel, no es sinónimo de pervivencia ni garantía de que las nuevas generaciones (y extiendo la categoría casi hasta los sesentones) tengan noticia de ella. Ni de la novela ni de las películas sucesivas.

Por ese motivo me gusta recordar en este humilde blog, para público conocimiento de las nuevas generaciones y con la intención de facilitarles la exploración de un rico pasado cultural y artístico escamoteado por las absurdas inquinas políticas y la tercermundista estructura de la industria cultural española, algunas excelentes obras y diversos autores injustamente olvidados.

El Malvado Carabel es una novela de Wenceslao Fernández Flórez (La Coruña, 1885-Madrid, 1964), autor poco apreciado por la Izquierda a causa de su ideología conservadora y poco querido por la Derecha debido a sus críticas mordaces a las clases altas y las convenciones y abusos de las mismas así como universalmente envidiado y detestado por ser amigo de Franco desde la juventud. Sin embargo, es un escritor muy recomendable que debemos recuperar. Y empezaremos por esta novela humorística que publicó en 1931 siendo llevada al cine de inmediato por otra figura a reivindicar, Edgar Neville, en 1935. Hubo otras dos adaptaciones cinematográficas: la de Fernando Fernán Gómez en 1956 y la de Rafael Baledón en 1962.

No es el único caso de novelas de Fernández Flórez llevadas al cine en diversas ocasiones. Cabe reseñar también El Bosque Animado, publicada en 1943 y puesta en imágenes por José Neches, en 1945, José Luis Cuerda en 1987 y por Ángel de la Cruz en 2001. O El Hombre Que se Quiso Matar, publicada en 1929 y adaptada al cine en dos ocasiones por Rafael Gil en 1942 y 1970.

Como vemos, Don Wenceslao no puede quejarse. Algunas de sus novelas llegaron varias veces a las pantallas, pero estoy seguro que la mayoría de mis lectores no han leído ninguna de ellas ni han visto ninguna de las citadas películas ni, seguramente, tienen conocimiento alguno de los títulos indicados. Así funciona la difusión de la cultura, el cine y la literatura españolas y así se promocionan.

El argumento del Malvado Carabel es la historia de un fracasado, un oficinista explotado y oprimido que, llegado un momento, abre los ojos y comprende que el sistema ha estado riéndose de él toda su vida y trata inútilmente de convertirse en un antisistema. A grandes rasgos, y es bien triste, nos representa a la inmensa mayoría de nosotros.

Amaro Carabel trabaja en una gran empresa con un sueldo miserable que no le permite casarse ni independizarse, de hecho, sigue viviendo con su tía (observo que luego nos venden esto de que los jóvenes no pueden independizarse por la racanería del capital explotador como cosa nueva y tratando de culpabilizar siempre a los jóvenes que cambian de cara, pero no de situación, generación tras generación) hasta que un día es despedido y su novia, desesperada, le deja. Furioso, y convencido, quizá con razón, de que la causa de todas sus desgracias es su bondad natural y su aceptación del orden establecido, decide hacerse malvado y convertirse en delincuente, sin ningún éxito. Tras diversos intentos fallidos e hilarantes de dedicarse al crimen logra robar la caja fuerte de su antigua empresa, pero no abrirla. De modo que hace un curso por correspondencia de hipnosis para conseguir que sus antiguos jefes le den la combinación de la caja y, cuando se presenta en las oficinas para lograrlo, deciden readmitirlo, con reducción de sueldo, claro…y su novia vuelve con él.

Bonita metáfora de la rebeldía juvenil, la furia antisistema y, desde luego, un universo muy alejado de Ocean´s Eleven.

Lo dejo aquí.

© Fernando Busto de la Vega.

EL PISITO (MARCO FERRERI, 1959) UNA PELÍCULA ANTIGUA PARA UN PROBLEMA MUY ACTÚAL.

Uno acaba aburriéndose de los medios de comunicación, especialmente de los espacios que se ocupan del “debate” político y social. Espacios artificiales, propagandísticos y en nada inocentes destinados a “crear opinión” es decir: dogma, y no a informar. Unos espacios farisaicos e hipócritas que buscan modular el discurso público en beneficio de un régimen pensado para defender los intereses de unos pocos.

Así las cosas, si se presta atención y se tiene la edad adecuada, uno acaba percatándose de que los discursos de hoy son los mismos de hace diez años, y los mismos de hace veinte, y treinta…lo que significa que ningún problema se resuelve ni se ha resuelto en todo ese tiempo y que, en realidad, nadie tiene intención de resolverlo porque el problema que perjudica y preocupa a la mayoría, beneficia a los oligarcas del régimen y, por lo tanto, dista de ser un problema: es una oportunidad de negocio, un medio de explotación y de rebañar la chocolatera. Naturalmente, es preciso guardar las apariencias, dividir a la audiencia y dar la sensación de que el problema preocupa realmente al poder y que hay gente denunciándolo y buscando soluciones. Este modo de actuar se extiende a todos y cada uno de los problemas que hacen imposible la vida del español medio, desde Doñana y la sequía, a la precariedad laboral, los problemas de vivienda…a todo.

Además, siempre se hace hincapié en que esos problemas afectan solo a una parte de la audiencia, generalmente los jóvenes o las mujeres, colectivos expectantes, ávidos de protección y beneficios y vivero de votos decisivos, difuminando así el hecho de que el problema (o el negocio esquilmador) perjudica por igual a todas las clases y segmentos sociales. De este modo se implanta un sesgo victimista en determinados colectivos y una sensación vergonzante que induce al silencio, voluntario o forzado, al elevado porcentaje de individuos de los sectores sociales supuestamente favorecidos que o bien callan para no ser tachados de fracasados por no haber alcanzado los supuestos estándares que se suponen a su rango de edad, a su sexo o nivel de estudios o bien son ignorados y desdeñados .¿A alguien le suena aquello de “ok, boomer”? Es solo un ejemplo…y no resulta nada casual ni inocente que una anécdota irrelevante como la que dio origen a la expresión se haya manipulado y magnificado a posteriori por los medios de comunicación y las redes sociales elevándola a categoría…se trata de una hábil estrategia de división, enfrentamiento y desinformación usada contra toda la población. Y no es la única.

Si observamos el tratamiento de todos los problemas sociales en la prensa, los medios de comunicación y las redes sociales (con sus ejércitos de bots y comentadores a sueldo) nos percataremos de que siempre se tiende a los planteamientos maniqueos, a acusar a un colectivo y victimizar a otro para, de este modo, cauterizar cualquier intento de comunicación y la percepción de problema común. Ya se sabe: divide y vencerás. Y saben dividirnos…es un hecho.

Por eso afirmo que los medios de comunicación y las redes sociales que padecemos no son medios ni redes democráticos…no están diseñados para el libre intercambio de ideas y el entendimiento, sino para el enfrentamiento y la división que favorecen al poder. Son, por lo tanto, medios dictatoriales que encubren una tiranía que se oculta tras unas urnas amañadas.

LOS COMICIOS DEL PARLAMENTARISMO LIBERAL SON FARSAS PARA ELEGIR ENTRE FACCIONES Y SIGLAS AL SERVICIO DEL VERDADERO PODER, QUE PERMANECE EN LA SOMBRA.

Una prueba de esa repetición ad aeternum de los mismos discursos y su falta de resolución a lo largo de décadas la tenemos, como reza el título de esta entrada, en la película El Pisito de 1959.

Estamos hartos de escuchar en la televisión y la radio, de leer en los periódicos, de que nos inculquen la idea de la mala situación de los jóvenes cuya precariedad laboral les impide marcharse de casa a la edad que se supone que deben hacerlo y que se enfrentan a un mercado inmobiliario desequilibrado e inaccesible por el afán de especulación y la escasez de vivienda…Estamos en 2023. Lo mismo se decía en 2008, y en 1993, y en 1978 y en…1959.

La película, lo sé, es antigua, está en blanco y negro y seguramente muchos lectores jóvenes (y extiendo tal condición hasta más allá de los cincuenta años) esbozarán una mueca de pereza y fastidio ante la idea de enfrentarse a ella. Pero merece la pena hacerlo, aunque solo sea a título informativo.

¿De qué va?

Sencillo: una pareja de novios, que ya han superado los treinta años e incluso se aproximan a los cuarenta no han tenido ocasión de casarse a causa de no poder acceder a una vivienda propia. Finalmente, para solucionar su problema, el novio, interpretado por José Luis López Vázquez, contrae matrimonio con una octogenaria para heredar su piso cuando muera y, de este modo, lograr casarse con su novia de siempre y solucionar la vida de ambos. En esta historia tan antigua, en la que la estética es tan diferente de la actual, se reproducen al dedillo todos los problemas que los jeremiacos tertulianos de nuestros tiempos lamentan en relación a los jóvenes actuales hasta, de modo subrepticio a causa de la censura, el sexo a cambio de vivienda…porque un matrimonio es un matrimonio y debe consumarse para que sea legal…

EL TRIÁNGULO PASIONAL DE EL PISITO (1959): LOS NOVIOS Y LA OCTOGENARIA CON LA QUE CASARÁ ÉL PARA HEREDAR SU PISO Y PODER ASÍ DISPONER DE UNA “SOLUCIÓN HABITACIONAL” EN EL IMPOSIBLE MERCADO INMOBILIARIO DE MADRID…DEL MADRID DE 1959 Y DE HOY EN DÍA.

Amigos: ved esta película porque pasaréis un buen rato y comprenderéis que nada ha cambiado en setenta años porque a quien manda realmente más allá del teatrillo político (sea una dictadura o una supuesta democracia) no le interesa que cambie…y sacad las conclusiones que creáis oportunas.

¿Quién está detrás de esta película? Eso también os enseñará Historia.

El director es Marco Ferreri (1928-1997), un italiano que llegó a España en 1956 para intentar vender tecnología cinematográfica italiana y fracasó estrepitosamente por la competencia estadounidense, pero conoció por el camino a Rafael Azcona (1926-2008), novelista y guionista cinematográfico (conocido por sus colaboraciones con Berlanga) que en ese momento trabajaba en la revista humorística La Codorniz, publicación de talante falangista que, mira tú por donde, criticaba acerbamente al régimen franquista.

Juntos, Ferreri y Azcona se las arreglaron, a pesar de la dificultad de financiación y de las zancadillas de la censura, para adaptar al cine dos novelas del segundo: El Pisito (1959) y El Cochecito (1961).

En 1961 Ferreri regresó a Italia, en España no era bien visto por las autoridades´, y Azcona comenzó su colaboración con García Berlanga, en el fondo un señorito de derechas que podía permitirse ciertos lujos como hacer películas satíricas, con Plácido.

Hay que decir que tanto Ferreri, como Azcona y Berlanga eran en ese momento jóvenes alejados de los círculos cinematográficos y que se enfrentaron incluso al desdén de sus propios actores veteranos…pero cambiaron el cine español para siempre.

© Fernando Busto de la Vega.

LA MANTEQUILLA DEL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS

Ya sabemos que el feminismo es una versión más patológica e histérica de lo común del puritanismo evangelista anglosajón. Deberíamos, por lo tanto, mirarlo con desdén e ironía desde la cumbre de nuestro estado de civilización mediterráneo avanzado. Pero no sucede así. Debido a que nuestra oligarquía es, al menos desde 1833, una intermediaria de la colonización extranjera, especialmente la de nuestros enemigos protestantes germánicos, los bárbaros del norte de toda la vida; a que nuestro actual régimen de 1978 fue impuesto por los Estados Unidos y sigue a su servicio y a que nuestra economía está intervenida por el capital yanqui, nos estamos aculturando, dejando que nos colonicen cultural e ideológicamente y sometiéndonos a los dictados de los bárbaros en lugar de insistir en civilizarlos.

Naturalmente, esta es una situación que habrá que revertir más temprano que tarde y, lo sabemos, será preciso aplicar medidas de limpieza muy estricta para librarnos de los traidores y de los elementos troquelados por el enemigo. Hasta entonces los últimos reductos debemos mantenernos firmes en la lucha, contravenir abiertamente la propaganda y la agitación del enemigo y no ceder ni un palmo de terreno en lo que a la razón y nuestra condición respecta.

Últimamente, el feminismo que ha parasitado el Estado en España y sus adláteres andan generando polémicas artificiales a guisa de agitación para subrayar su supuesta superioridad moral y, de paso, imponer su pacata moral enfermizamente puritana de origen evangélico (y ya sabemos que el evangelismo es anti español).

Una de tantas polémicas artificiales destinadas a imponer la censura puritana (esa que considera que el David de Miguel Ángel o la Maja Desnuda de Goya son pornografía) y, de paso, criminalizar al hombre maduro blanco y occidental, es la de la famosa escena del enculamiento de María Schneider en El Último Tango en París.

Ahora la cosa nos la venden desde un supuesto progresismo acusando a los machistas hombres blancos de haber engañado y violado realmente (cuando incluso ella reconoce que todo el acto fue pura simulación) a una joven actriz de diecinueve años. La llamada cultura de la violación y toda esa mierda propagandística…Pero no debemos dejarnos engañar, el rechazo viene de lejos, del mismo 1973, y no procede del progresismo sino del puritanismo anglosajón que andaba por entonces buscando antídotos legales (censura) contra la liberación sexual de los setenta y la derrota que les supuso la campaña contra Garganta Profunda y que ha ido adoptando diversos disfraces para parecer moderno y progre.

NO PUEDO PONER UN FOTOGRAMA MÁS EXPLICATIVO DE GARGANTA PROFUNDA PORQUE ENTONCES LOS ALGORITMOS CENSORES LIMITARÍAN LA DIFUSIÓN DE ESTA ENTRADA Y SUS VISITAS SE VERÍAN MUY MERMADAS. LA CENSURA, ENCRIPTADA Y DISIMULADA, CONTINÚA.

Lo que no soportaban los puritanos de la época, y siguen sin soportar los actuales (por mucho que se disfracen de progres y feministas enrolladas) era la normalización de una relación esporádica que se saliera de la norma impuesta por ellos y que implicase a un hombre maduro con una jovencita (creedme: todavía hoy en día, especialmente entre las mujeres de cierta edad, que se sienten relegadas no solo como entidades sexuales sino como ordenadoras de las oportunidades reproductivas y sexuales de los hombres a los que aspiran a dominar y controlar erigiéndose en máximas censoras sociales, existe la repulsa hacia las relaciones entre hombres maduros y chicas jóvenes. No estoy hablando ya de esas que se encuentran por debajo de las artificiales leyes de consentimiento sexual, también las que son claramente mayores de edad. Es superior a sus fuerzas: en cuanto atisban algo, se lanzan a prohibirlo, censurarlo y boicotearlo…porque escapa a su control social. El feminismo tiene mucho de eso, de mujeres al final de su vida fértil intentando mantener su control reproductivo sobre la sociedad y los machos dominantes…igual que las beatas puritanas de antaño. Pura biología…por eso una sociedad sana es una sociedad que escapa a los intentos de control de las hembras viejas y permite la libertad total de apareamiento de los machos dominantes).

Como decíamos, la polémica sobre la escena de la mantequilla en El Último Tango en París es artificial, forma parte del agitprop del puritanismo evangelista yanqui disfrazado de feminismo progresista para imponer la censura y el control de las beatas sobre las pollas libres que en el mundo son y la seducción que estas ejercen sobre las hembras núbiles o en vías de llegar a serlo cuyos cerebros todavía no han podido lavar.

Como siempre en este tipo de campañas se tiende a demonizar al estrato social al que se odia, se discrimina y se quiere someter o eliminar (los nazis actuaron igual contra los judíos) y a victimizar a la otra parte para justificar el odio contra la primera. Todo lo cual se diluye con una sola pregunta: ¿Quién sería María Schneider sin Marlon Brando, Bernardo Bertolucci y El Último Tango en París?…reto a cualquiera a que, sin mirarlo, me cite a bote pronto otras tres películas de esta señora. Pues eso.

© Fernando Busto de la Vega…Una, Grande y Libre (y no hablo de España, precisamente).

LOS TAMBORES, BUÑUEL, SAURA Y YO.

ICÓNICA IMAGEN DE PEPPERMINT FRAPPÉ, PELÍCULA DE CARLOS SAURA ESTRENADA EN 1967 EN LA QUE EL TAMBOR, TOCADO POR GERALDINE CHAPLIN, TIENE GRAN IMPORTANCIA ARGUMENTAL.

Soy aragonés, amigos y, por lo tanto, llevo el estruendo de los tambores en la sangre, en el alma y en la médula de mi creatividad exactamente igual que los también aragoneses Luis Buñuel y Carlos Saura, si bien no acabo de estar seguro de que este último (a fin de cuentas nacido en Huesca, ciudad donde la fiebre de la percusión litúrgica, procesional y telúricamente mágica tiene menos peso y tradición) entendiera y sintiera tan profundamente el tambor y su significado mágico y trascendente como Buñuel (calandino) o yo (zaragozano criado desde la más tierna infancia con los tambores atronando la primavera), y temo que, en última instancia, lo suyo solo fuera un a modo de impostura, de síndrome mimético y transitoriamente superficial o superficialmente transitorio.

LUIS BUÑUEL TOCANDO EL TAMBOR DURANTE LA ROMPIDA DE LA HORA EN CALANDA CON EL ACTOR FERNANDO REY MUY ATENTO A SU EJECUCIÓN.

Los tambores son ruido, pero también vibración. Una vibración que hace temblar el suelo y las vísceras cuando se vive de cerca, un ruido que convierte en dolor el repentino silencio, una experiencia que, vivida en primera persona, a pie de calle, en medio del tumulto y de la madrugada, ejerce un papel iniciático, abismal, profundamente mistérico. Hay un antes y un después para quien lo experimenta, para quien se impregna de ese tronar feroz y a la vez íntimo, de ese ruido exterior que se convierte en vibración visceral primero y espiritual después.

En el Bajo Aragón, comarca que conservó mejor que ninguna otra la pasión de los tambores trasladándola del Corpus a la Semana Santa, conocen bien esa cualidad mágica de los tambores capaces de “romper la hora”, de abrir un umbral que conduce de lo cotidiano a lo trascendente, de quebrar los sellos y permitir la comunicación con lo sagrado. Quien escribe o hace cine desde el influjo mágico de los tambores conocidos en la calle y en la madrugada (o en la mañana o la tarde) habla necesariamente otro idioma. Un lenguaje abismal y profundo que marca las distancias…

GERALDINE CHAPLIN, LA HIJA DE CHARLOT, TOCANDO EL BOMBO EN CALANDA EN UNA ESCENA DE PEPPERMINT FRAPPÉ.

El turismo acecha a esta teofanía popular, pero, afortunadamente (y aunque la protagonista de Peppermint Frappé fuera la hija de Charlot, entonces pareja de Carlos Saura) todavía no hemos padecido ningún anglosajón descerebrado que descubriera el acto mágico y sagrado a sus pares llenándonos las calles de Zaragoza y los pueblos de la Ruta del Tambor de guiris ignorantes y borrachos tratando de sumarse a una tradición que no entienden ni son capaces de respetar. Pertenecer a la España interior y ser poco conocido tiene sus ventajas.

CARLOS SAURA ROMPIENDO LA HORA EN CALANDA.

El tiempo de la caja muda ha concluido. Los tambores vuelven a resonar en la primavera. El misterio ha retornado…los dioses se manifiestan en el ruido y la vibración, yo, como todos los años, me sumiré en dicha teofanía para emerger, el lunes que viene, purificado y sacralizado. Olvidad a Cristo, ignorad los pasos…zambullíos en el abismo ancestral, dejad que os transforme. Luego hablaréis un nuevo idioma que ahora ignoráis. Es la magia última de los tambores.

OTRO ICÓNICO FOTOGRAMA DE PEPPERMINT FRAPPÉ.

Y, para terminar: no confundáis esto de lo que hablo con la superficialidad de las batucadas o el legado africano y nocivo de los tambores llegados a América con los esclavos. Nada tiene que ver.

Desechad también la memez germánica de El Tambor de Hojalata y la pedantería falsamente intelectual de un escritor aficionado a besarse su propio culo como Günter Grass, nosotros no tenemos resabios nazis, culpas innombrables que expiar y sí queremos crecer, de hecho hace tiempo que lo hicimos.

ESCENA DE EL TAMBOR DE HOJALATA, CUYA PEDANTERÍA GERMÁNICA NADA TIENE QUE VER CON EL ABISMO MISTÉRICO Y TELÚRICO DE LOS TAMBORES DE ARAGÓN.

© Fernando Busto de la Vega.