
Evidentemente, hay casos reales que afectan a adolescentes de los que no puedo hablar ni quiero. Pero sí que puedo y quiero dar algunas pinceladas que sin dejar traslucir datos innecesarios ni desvelar intimidades ajenas pueden dar una idea general de las cosas que están pasando en nuestros días y de quién tensa los hilos y desde qué ideología.
CASO 1
Niña de trece años con un coeficiente intelectual que no pasa de 80 y algunos otros problemas que se obsesiona con un compañero de instituto al que sigue, acosa y molesta. El compañero protesta, la mamá de la niña la lleva a una psicóloga de una institución pública destinada a la promoción de la ideología de género, interviene la psicóloga feminista de turno y el niño, no se sabe cómo, acaba denunciado por violación… Así cambia la película cuando conviene.
CASO 2
Niño apocado de quince años que sufre bullying, recala en una psicóloga feminista y progre y acaba diciendo que quiere cambiar de sexo y comenzando el proceso para hacerlo sin más reflexión ni dilación, ni siquiera se considera necesaria una segunda opinión. Ahí lo dejo.
Podría citar más casos, pero basta esta muestra para hacer reflexionar a los buenos entendedores.
© Fernando Busto de la Vega.