No debemos perder el horizonte ni creer que todo el monte es orégano. En otras palabras: no sería inteligente ni decente mirar a Rusia en estos momentos de desasosiego y sangre y ver solo a Putin. Él solo es la cara de un régimen, no de un pueblo.
Las dictaduras pretenden siempre erigirse en la única voz de las naciones, pero deben recurrir a la imposición precisamente a causa de la polifonía social, de la pluralidad inherente a la realidad objetiva. Y no debemos engañarnos, todos los pueblos somos en esencia iguales. Todas las personas nos entendemos, tenemos los mismos sueños, las mismas aspiraciones. Una madre puede entender perfectamente a cualquier otra, un hombre de bien a otro de cualquier raza, nación, ideología o religión.
Es nuestro deber moral evitar la rusofobia, las generalizaciones, y recordar siempre que Putin es un dictador ruso, no la totalidad del pueblo ruso con el que es preciso solidarizarse y entablar futuras relaciones pacíficas.
El mejor modo que se me ocurre para expresar esta idea de que Putin solo es un dictador ruso y no toda Rusia es traer a estas páginas un vídeo de un grupo ruso, Ic3peak, cuyos integrantes (Anastasia Kreslyna y Nikolay Kostylev) fueron detenidos y vieron prohibida su gira de conciertos de 2018 precisamente por oponerse a la dictadura y componer canciones críticas con el actual régimen ruso. Quiero representar en ellos la Rusia con la que algún día deberemos abrazarnos en un futuro luminoso de paz, cuando todo esto (y Putin) haya pasado.
Añado un vídeo publicado por el grupo ya en plena guerra de Ucrania: Dead But Pretty.
© Fernando Busto de la Vega