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TRES POEMAS DE OMAR JAYAM (O KHAYYAM, SI QUERÉIS UTILIZAR GRAFÍA INGLESA)

En tiempos de incertidumbre como estos, lo mejor es refugiarse en el placer sereno (o en el tumultuoso si se tienen a mano un par de mujeres ardientes y complacientes con las que fornicar y reír) y no renunciar al vino ni a la belleza mientras se escuchan palabras de sabiduría milenaria. Personalmente, me gusta, a veces, brindar a través de los siglos con Omar Jayam y hoy quiero hacerlo públicamente, en esta charla intemporal y muda aderezada con buen vino, mejor talante y una sonrisa relajada nacida de la confianza en el infinito y el desprecio hacia lo contingente.

Así pues, reproduzco aquí tres de los poemas de Jayam, que no serán hueros e inútiles en tiempos como los que corren.

¿Temes lo que pueda traerte el mañana?
No te apegues a nada, 
no interrogues a los libros, ni a tu prójimo.
Ten confianza. De otro modo,
el infortunio no dejará de confirmar tus temores.
No te preocupes por ayer, ya ha pasado. 
No te angusties por mañana, aún no ha llegado. 
Vive sin nostalgia ni esperanza,
tu única posesión es el instante. 
Lámparas que se apagan, esperanzas que se encienden: amanece.
Lámparas que se encienden, esperanzas que se apagan: anochece. 
 

Cierra tu libro y piensa. Mira impasible al Cielo
y a la Tierra. Da al pobre la mitad de tus bienes,
perdona las ofensas, no le hagas daño a nadie
y apártate a un rincón si quieres ser dichoso.

Son los versos de mi amigo Omar en los que ahora meditaba, con mi copa de vino en la mano. Ya es de noche, pero sé con certeza que amanecerá.

Y no olvidemos a ese respecto al amigo Juan de la Cruz.

© Fernando Busto de la Vega.

NO PERDAMOS EL HORIZONTE

No debemos perder el horizonte ni creer que todo el monte es orégano. En otras palabras: no sería inteligente ni decente mirar a Rusia en estos momentos de desasosiego y sangre y ver solo a Putin. Él solo es la cara de un régimen, no de un pueblo.

Las dictaduras pretenden siempre erigirse en la única voz de las naciones, pero deben recurrir a la imposición precisamente a causa de la polifonía social, de la pluralidad inherente a la realidad objetiva. Y no debemos engañarnos, todos los pueblos somos en esencia iguales. Todas las personas nos entendemos, tenemos los mismos sueños, las mismas aspiraciones. Una madre puede entender perfectamente a cualquier otra, un hombre de bien a otro de cualquier raza, nación, ideología o religión.

Es nuestro deber moral evitar la rusofobia, las generalizaciones, y recordar siempre que Putin es un dictador ruso, no la totalidad del pueblo ruso con el que es preciso solidarizarse y entablar futuras relaciones pacíficas.

El mejor modo que se me ocurre para expresar esta idea de que Putin solo es un dictador ruso y no toda Rusia es traer a estas páginas un vídeo de un grupo ruso, Ic3peak, cuyos integrantes (Anastasia Kreslyna y Nikolay Kostylev) fueron detenidos y vieron prohibida su gira de conciertos de 2018 precisamente por oponerse a la dictadura y componer canciones críticas con el actual régimen ruso. Quiero representar en ellos la Rusia con la que algún día deberemos abrazarnos en un futuro luminoso de paz, cuando todo esto (y Putin) haya pasado.

Añado un vídeo publicado por el grupo ya en plena guerra de Ucrania: Dead But Pretty.

© Fernando Busto de la Vega