
Sin duda, el más profundo y fundamental diálogo intertextual de los Evangelios cristianos es el establecido entre el de San Juan 8-32, cuando el protagonista del libro afirma que ” la verdad os hará libres” y poco más adelante (8-38) en su comparecencia ante Poncio Pilato habla de la verdad y este le responde con una pregunta propia de un filósofo grecorromano “¿y qué es la verdad?”…
Nos encontramos ante la disyuntiva entre fe y razón. Entre totalitarismo teocrático y relativismo humanista. Cabe recordar aquí a Marco Aurelio, que en sus Meditaciones afirmaba taxativamente: “Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es simplemente una perspectiva”.
Vivimos en una época de verdades absolutas. En otras palabras: de totalitarismos emergentes. Yo quiero reivindicar aquí la duda y el escepticismo.
Todo dogma, ahora y siempre, debe ser desacatado y vulnerado. Toda ideología debe ser tenida por opinión y confrontada con la razón. Esa es mi postura vital y filosófica. La del eterno disidente.
Frente a cualquier mesías o seguidor de tal, es preciso adoptar la irónica postura de Pilatos y recordar la cordura de Marco Aurelio como filósofo (obviemos su dimensión política).
POSDATA.
En lo tocante al famoso poema de Antonio Machado: “¿Tu verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela” que seguramente algunos traerán a colación debo afirmar que se encuentra de lleno, y sé el escándalo de esos mismos al leerlo, dentro del ámbito del totalitarismo teocrático y en directo contraste con el escepticismo humanista. Pero, sobre este asunto, hablaremos en otro momento.
© Fernando Busto de la Vega