MÁS DE CUARENTA GRADOS A LA SOMBRA

¿De verdad alguien cree que se puede pensar y mantener la actividad intelectual con la terrible ola de calor que nos lamina desde hace días?…Personalmente, vivo en el sopor y la abulia, descubriendo un estado vegetativo en muchos puntos concomitante con la hibernación que probablemente los acontecimientos climáticos acabarán dictaminando como propio de la especie humana.

En estas condiciones solo doy de sí para recordar la película Cuarenta Grados a la Sombra de Mariano Ozores, autor también de la letra de la canción que ilustra esta entrada innecesaria, y a Claudine Coppin y Los Exóticos, que la interpretaban en 1967.

Entonces los 40 grados a la sombra eran el tiempo del amor, ahora puede que también, pero en algunos lugares no bajamos de los 45 a la sombra y de los 36 durante la noche. En esas condiciones dudo mucho que la función erótico-reproductora esté activa. Ni en la especie humana ni en otras, lo cual, sin duda, tendrá sus consecuencias.

En nuestra adolescencia y juventud las noches de verano eran el territorio propio del amor y el sexo, ahora, por lo visto, el calor cambia los hábitos sociales y de la especie. No deja de ser un dato curioso del cual extraeré seguramente interesantes consecuencias en otoño, cuando las temperaturas me permitan salir del sopor. Ahora, mi licuado cerebro solo puede aportar estas líneas inconexas y lastimeras.

Por cierto, otra canción sobre los 40 grados: Los Iracundos, banda uruguaya:

Aquí lo dejo.

© Fernando Busto de la Vega.

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