
Anda estos días Ana de Armas quejándose de que sus desnudos en Blonde se viralizarán descontextualizándose para convertirse en objetos de consumo masturbatorio y sostiene que esto la asquea y la convierte en víctima de violencia de género… o sea…vale…
Si repasamos la carrera cinematográfica de Ana de Armas comprobaremos que ha hecho un generoso uso de su indudable belleza física para ascender en su trabajo. Y no me parece mal. Si yo pudiera ir por ahí desnudándome para promocionar mis novelas lo haría sin dudar y sin preocuparme del uso secundario y descontextualizado que otros y otras pudieran hacer de dichas imágenes (pero, creedme: es mejor que no me quite la camiseta, y mucho menos, los calzoncillos).
A mí me parece bien que haya actrices (y actores) que se desnuden en el cine, incluso sin venir a cuento. Me parece bien, también, que no lo hagan. Cada cual es libre de gestionar su propio físico y el tono general de su propia carrera.
Lo que no resulta de recibo es pretender estar en misa y repicando. Aceptar desnudarse, cobrar por ello, y por los derechos de imagen devengados (quizá es ahí donde le duele a Ana de Armas, que no va a cobrar por las visualizaciones “viralizadas” de sus desnudos) y luego hacerse la casta y la víctima. Si estás buena y enseñas carne sabes desde cinco horas antes de quitarte las bragas lo que va a suceder y lo aceptas, porque cobras por ello y porque te da la real gana. No vale hacerse la ñoña y la víctima después y, mucho menos, intentar hacer demagogia y propaganda afín al Me Too…que por cierto: a ninguna de las que luego se quejaron en aquel movimiento les obligaron a aceptar los tratos ni dejaron de cobrar por sus actos. Si no querían chupar esta o aquella polla o enseñar el culo eran muy libres de renunciar a ser estrellas de Hollywood y resignarse a una carrera de actriz desconocida en el teatro. Pero querían ser estrellas y tragaron con todo (nunca mejor dicho)…para luego quejarse y hacerse las víctimas. Pobrecitas…
No, nenas, o puta o monja…ambas cosas son incompatibles. La dignidad no es una cuestión de hipocresía y llanto, sino de coherencia y respeto hacia uno mismo y los demás.
Por cierto: estoy recordando cierto consejo que daba sobre las actrices Pierre Louys en su Manual de Educación Para Señoritas…pero voy a dejarlo ahí.
© Fernando Busto de la Vega.
Es Usted un cuchillo escribiendo Don Fernando.
Enhorabuena 👌
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Gracias.
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Mas bien un rodillo machista y patriarcal, que se atreve a juzgar y decidir por lo que una mujer puede hacer y decidir con su cuerpo desde su propia autonomía.
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Está bien que intentes colocar tu propaganda feminazi en este espacio, te lo agradezco. El problema es que no has entendido lo que se dice, con absoluta claridad, en el artículo y eso perjudica mucho la seriedad con la que podemos tomarnos tu comentario. No pasa nada, si fueras inteligente no serías feminista. Un beso machista y patriarcal y ya sabes: o monja o puta, pero jamás feminazi.
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