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OCHO GUERRAS SIN UN SOLO MUERTO

  • 1.-INTRODUCCIÓN
  • 2.- BORIS I DE ANDORRA DECLARA LA GUERRA AL OBISPO DE SEO DE URGEL (JULIO, 1934)
  • 3.- LAS TRES GUERRAS DE INDEPENDENCIA Y UNA DE SECESIÓN DE LA REPÚBLICA DE CONCHA (1982-2008)
  • 4.- INSURRECCIÓN Y SECESIÓN DE LOS SEMÍNOLAS MIKAYUKI Y LOS TUSCARORA (1959-1960)
  • 5.- LA LARGA GUERRA DE LA ISLA DE HANS (1973- HASTA NUESTROS DÍAS)
  • 6.- LA GUERRA DEL CERDO (1859)
soldado interesado en el artículo presente.

INTRODUCCIÓN

En tiempos violentos, nefastos y llenos de mortandad como los que vivimos en la actualidad, siempre es bueno buscar alivio y positividad. Por eso he decidido presentar al lector un listado de guerras (enfrentamientos, levantamientos, revoluciones y secesiones) que cursaron sin víctimas. Una serie de guerras sin muertos.

2.- BORIS I DE ANDORRA DECLARA LA GUERRA AL OBISPO DE SEO DE URGEL (JULIO, 1934)

El Principado de Andorra no ha sido nunca un estado exactamente independiente. Desde la Edad Media ha estado bajo la soberanía de dos copríncipes: el rey de Francia, más tarde el presidente de la república francesa, y el obispo de Seo de Urgel. En la época que nos ocupa: Albert Lebrun y Justino Guitart.

En julio de 1934 un aventurero ruso que había sido espía al servicio de los ingleses, Boris Skosyrev, logró mediante promesas de enriquecerlos rápidamente que los regidores andorranos le nombraran rey. Comenzó así el reinado de Boris I, que duró menos de un mes.

El presidente de la república francesa, Lebrun, aceptó la decisión del Consejo General de Andorra remitiéndose al resultado de un futuro referendum. Don Justino, el obispo, en cambio, se negó a perder la soberanía sobre Andorra, de modo que el altivo y entusiasta Boris I le declaró la guerra. El gobierno de España, en ese momento presidido por el lerrouxista Ricardo Samper, no tenía mucho que decir en el asunto, pero el obispo recurrió a la Guardia Civil y esta envió a Andorra un pequeño contingente mandado por un sargento y compuesto por varios guardias, que entraron en el territorio rebelde y localizaron al usurpador deteniéndole sin dificultad ni oposición alguna.

Skosyrev fue expulsado de España tras pasar por la cárcel en Barcelona y Madrid y así acabó la incruenta guerra de secesión e instauración monárquica de Andorra.

3.- LAS TRES GUERRAS DE INDEPENDENCIA Y UNA DE SECESIÓN DE LA REPÚBLICA DE CONCHA (1982-2008)

Patriótica muchacha enfundada en la bandera de la República de Concha.

1ª GUERRA DE INDEPENDENCIA (UN MINUTO DE VIOLENCIA, 1982)

En 1982 la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos decidió instalar una barrera en el inicio de la carretera que conduce a los cayos de Florida para interceptar narcóticos e inmigrantes ilegales. Esa medida perjudicaba el turismo en los cayos y el alcalde de Cayo Hueso, Dennis Wardlow, decidió independizarlos fundando la República de Concha. Para ello se hizo con una barra de pan, buscó a un miembro de la marina de los Estados Unidos, se la partió en la cabeza y proclamó la independencia solo para rendirse al cabo de un minuto. No parece mucho, pero por estos pagos conocemos repúblicas más ridículas y más efímeras (¿verdad que sí, Puigdemont?).

2ª GUERRA DE INDEPENDENCIA ( ARTILLERÍA ACUÁTICA, 1995)

En 1994 la República de Concha fue invitada a participar en la Cumbre de las Américas celebrada en Miami y, quién sabe si como advertencia, al año siguiente, el 478 Batallón de la Reserva del Ejército de los Estados Unidos fue designado para realizar unos ejercicios militares en los cayos, fingiendo la conquista y ocupación de una “isla extranjera”. Nadie se molestó en advertir a las autoridades de los cayos y Wardlow, ese héroe, al enterarse por su cuenta de la proyectada invasión cargó varios yates civiles con globos de agua y salió a interceptar la armada enemiga. No lo consiguió, pero muchos marineros yanquis acabaron empapados.

3ª GUERRA DE INDEPENDENCIA (CONQUISTANDO UN PEDAZO DE PUENTE, 2006)

El puente de las Siete Millas que unía a los cayos con Florida debía ser reemplazado. Se construyó uno nuevo y el viejo se fragmentó en diversos tramos para impedir el tránsito por él. En Hollywood aprovecharon los restos del puente todavía en pie para conseguir espectaculares exteriores para diversas películas (Mentiras Arriesgadas, Misión Imposible III, etc) y los conchudos o concheros para ampliar su territorio. Puesto que al dejar de estar unidos al continente consideraron que ya no formaban parte de los Estados Unidos, decidieron anexionarlos a la república en una acción de conquista que no causó ningún muerto y que el Estado de Florida jamás ha reconocido.

GUERRA DE SECESIÓN (2008)

Toda joven nación se enfrenta al riesgo de escisión. No otra cosa le ha pasado a la República de Concha. El alcalde de Cayo Largo se sublevó contra el de Cayo Hueso y declaró los Territorios Libres del Norte independizándose de la República de Concha. También sin muertos.

4.- INSURRECCIÓN Y SECESIÓN DE LOS SEMÍNOLAS MIKAYUKI Y LOS TUSCARORAS (1959-1960)

Los semínolas mikayuki y los tuscaroras permanecían en Florida, de donde habían sido expulsados los restantes miembros de sus naciones. Habían conseguido, incluso, unas reservas que el Estado de Florida no les quería reconocer, de modo que en 1959, cuando Fidel Castro llegó a La Habana, representantes de ambas tribus le visitaron para independizarse de Estados Unidos y pasar a formar parte de Cuba. Fidel Castro los acogió, pero la sangre no llegó al río. Al año siguiente el Estado de Florida reconoció a su vez las reservas a las que todavía no habían llegado soldados cubanos y que todavía hoy siguen formando parte de los Estados Unidos.

5.- LA LARGA GUERRA DE LA ISLA DE HANS (1973-HASTA NUESTROS DÍAS)

La isla de Hans, en la práctica un islote deshabitado, se encuentra en el Estrecho de Kennedy, entre la isla de Ellesmere (Canada) y Groenlandia (Dinamarca) y ambas naciones reclaman su soberanía sobre la misma.

Periódicamente, los soldados canadienses desembarcan en la isla, arrancan la bandera danesa, izan la canadiense y dejan una botella de whisky Canadian Club junto con un cartel que dice: “bienvenidos a territorio canadiense”. Entonces los daneses lanzan otro desembarco, quitan la bandera canadiense, izan la danesa, se llevan el whisky y dejan una botella de schnapps junto con un cartel que reza: “bienvenidos a territorio danés”.

Ignoro cuando cesará tanta hostilidad y acabarán llegando a un acuerdo como el de España y Francia con la isla de los Faisanes, en el Bidasoa que, desde 1659, cambia de soberanía cada seis meses pasando alternativa y pacíficamente de un país al otro.

6.- LA GUERRA DEL CERDO (1859)

Simpático descendiente de la única baja de la Guerra del Cerdo.

Las islas de San Juan se encuentran entre la isla de Vancouver y el continente y es preciso decir que los primeros en cartografiarlas y reclamarlas fuimos los españoles en 1791. Ello no obstante, a la altura de 1859 estaban en disputa entre Inglaterra y los Estados Unidos.

Un granjero estadounidense establecido en la isla de San Juan encontró a un cerdo comiéndose sus patatas y lo mató a tiros. Resultó que el cerdo pertenecía a un irlandés al servicio de los ingleses que reclamó sin éxito una compensación al yanqui. Ello fue enrareciendo el ambiente y llevando tropas de ambos países a la zona.

Nadie quería ser el primero en abrir fuego y ambos ejércitos se dedicaron durante semanas a insultarse y provocarse sin disparar un solo tiro, aunque no dejaban de llegar barcos de guerra y batallones a la zona. Finalmente, se recurrió al arbitraje de Alemania, que cedió la isla a los Estados Unidos.

© Fernando Busto de la Vega

¿Y SI FUERA COSA DE LA EDAD?

Decía Manuel Fraga Iribarne que a los cuarenta años te entra la prisa. El tiempo empieza a acelerarse y comprimirse y cada vez quedan menos ocasiones de alcanzar las más íntimas ambiciones. Él, en 1962, justo cuando cumplía los cuarenta,, se convertía en ministro de Información y Turismo, puesto que mantuvo hasta los cuarenta y siete. Después llegaron las maniobras políticas para alzarse a la cabeza del Gobierno (1969-1989) que le convirtieron, admitámoslo sin ambages, en un fracasado si bien, durante quince años, entre los sesenta y ocho y los ochenta y tres pudo gozar de una dorada satrapía autonómica sobre la que jugar a gobernar.

Pero no es de Fraga Iribarne de quien quiero ocuparme, sino de Putin y su cuadrilla de silovikis.

A menudo no reparamos en el hecho, a mi modo de ver crucial, de que todos ellos transitan ya por el inicio de su séptima década de vida. El tiempo se les acaba y durante el último cuarto de siglo solo han sido capaces de auparse al poder y mantenerlo en medio de una mediocridad apabullante y una corrupción galopante. Bien mirado, ante la Historia no son nada. Apenas unos robaperas de cuarta que no han sabido recuperar el poder y la influencia de los que disfrutaba la URSS en la que se educaron. Esta es una verdad que su propaganda puede ocultar a sus súbditos actuales, pero que perdurará inmisericordemente desnuda durante siglos, milenios…aunque los milenios, admitámoslo, estaban destinados a olvidarlos como irrelevantes y mediocres de mantener su perfil del último cuarto de siglo.

Tienen setenta años, los lujos y los privilegios dejan de tener importancia (¿de qué sirve poder pagarte las mejores putas si ya no se te levanta o disponer de los licores más caros si te elevan la tensión arterial y te provocan acidez de estómago?) y se enfrentan a la eternidad. A la necesidad impúdica de dejar un legado.

Ignoro cuales son sus creencias religiosas y si alguno de ellos piensa en llegar al otro lado con un expediente limpio. Lo cierto es que, como demuestran los hechos, se ha apoderado de ellos el pánico a la irrelevancia histórica.

¿Y si todo este asunto de Ucrania fueran solo cosas de la edad?

Los yayos mandamases rusos son conscientes de su mediocridad y están dispuestos a ganarse un lugar en la posteridad (aunque sea sombrío y despreciable) a costa de la sangre de los jóvenes propios y ajenos. Terrible forma de vampirismo erostratista en absoluto infrecuente en la Historia.

Los dioses nos guarden de los viejos fracasados que disponen de demasiado poder (y armas nucleares).

© Fernando Busto de la Vega

CUIDADO CON LOS CORREDORES DE EVACUACIÓN, ZELENSKI.

Yo comencé este blog ilusionado con la idea de escribir sobre literatura, arte, cultura en general, etimología y, acaso, con un poco de suerte, ir promocionando mis novelas y publicaciones pasadas y futuras, por desgracia, y citando el famoso poema de José Agustín Goytisolo, la vida nos arrastra como un aullido interminable y estalló la guerra de Ucrania (quién sabe si la Tercera Guerra Mundial) desviando mis buenas intenciones hacia la actualidad y la natural inclinación hacia la acción por la justicia, la paz y el orden.

De modo que, de momento, parezco forzado a elucubrar y opinar sobre lo que sucede y puede suceder en Ucrania o a causa de la invasión rusa, asuntos que también parecen apasionar a mis lectores. A este respecto, quiero añadir hoy una nueva reflexión que no resultará vana.

Desde pequeño fui un apasionado de la Historia. Muchos desdeñan esta disciplina como inútil, pero ello se debe solo o bien a su ignorancia o bien a su afán por manipular el pasado en su propio beneficio necesitando auditorios ignorantes que crean sin crítica ni referencias válidas las mentiras propagandísticas que les cuentan para manipularlos. Pero la utilidad de la Historia como ciencia y disciplina, incluso como complemento de la cultura personal, es precisamente esa: entender el presente y poder predecir escenarios futuros gracias al conocimiento del pasado y encontrar ejemplos paralelos para situaciones actuales.

Es por ello que, basándome en el conocimiento de la Historia cercana, y si estuviera en disposición de hacerlo, le daría al presidente Zelenski el consejo que enuncio en el título de este artículo: cuidado con los corredores de evacuación rusos. Desconfía de los griegos incluso cuando te traigan regalos.

Parece evidente que tanto el presidente Zelenski como su equipo son eficientes, conocen bien su trabajo y las condiciones de la guerra y no les falta patriotismo ni valor, pero en un escenario en el que la capital, Kiev, pueda llegar a estar cercada y, por lo tanto aislada del resto de Ucrania dificultando o impidiendo por completo las labores de comandancia general de la Presidencia, resultará siempre tentador abrirse paso hacia lugares mejor comunicados, desde donde poder dirigir la defensa con mayor eficacia y ahí es donde reside el peligro y entra en juego la Historia.

Hay que recordar en este punto el asalto ruso a Grozni en 2000 y las peripecias de Shamil Basayev y sus hombres intentando huir de la ciudad cercada y desabastecida para continuar una guerra de guerrillas en las montañas. Recordemos que la inteligencia militar rusa, alegando que solo deseaban ya conquistar la ciudad al menor coste posible, les abrió un “corredor secreto de evacuación” para que la abandonaran. Este corredor estaba minado (y de hecho, Basayev perdió una pierna al pisar una mina y hubo otros 200 muertos y un número similar de mutilados en el campo minado de Aljan-kala) y conducía a una emboscada de los Spetsnaz ayudados por misiles, artillería y bombardeos aéreos. Los islamistas chechenos fueron prácticamente aniquilados.

Hasta ahora, según las informaciones llegadas hasta occidente, miembros de la inteligencia rusa han canalizado filtraciones que han permitido al presidente Zelenski librarse de varios intentos de asesinato organizados por spetsnaz, mercenarios de Wagner y chechenos kadyrovtsy. Ello no significa que sean fuentes seguras y que no cambien de orientación en un escenario futuro que fuerce la fuga de Kiev. Ni siquiera podemos descartar que la inteligencia rusa esté desarrollando una elaborada estrategia de engaño para ganarse la confianza del presidente ucraniano y su equipo y poder cazarlos más fácil y espectacularmente después. A fin de cuentas, un presidente asesinado mientras defiende su capital es un mártir y su imagen siempre se elevará incólume contra el invasor, la figura de un presidente muerto mientras huye de su capital se puede manipular fácilmente para inducir al derrotismo de los invadidos.

Desconfíe de sus fuentes rusas, amigo Zelenski, desconfíe…y no pierda de vista las implicaciones propagandísticas de una muerte en combate.

© Fernando Busto de la Vega

UNA LECCIÓN DE LA GUERRA DE UCRANIA

La realidad es insobornable. Se puede falsear, y hay quien directamente tiene serios problemas de conexión con ella y no deja de moverse dentro de los límites estrictos de su percepción subjetiva, quien no sale de lo que quiere creer pase lo que pase a su alrededor y, para colmo, tienden a la prédica e imposición totalitaria de sus ensueños subjetivos al conjunto de la sociedad independientemente de lo que suceda ante sus propias narices. De estos (y, curiosamente, muy en especial de estas) tenemos en España muchos más de los necesarios y, encima, asociados, parasitan el Estado en todos sus niveles asfixiándolo y conduciéndolo a la autodestrucción. Es como si una plaga de gusanos nematomorfos, conocidos por llevar al suicidio a sus huéspedes, se hubiera extendido a lo largo y ancho del país ante la desidia del ilegítimo régimen vigente.

Decíamos, no obstante, que la realidad es insobornable y añadimos que cualquiera medianamente instalado en la sensatez y la correcta funcionalidad mental viene conminado por su propia estrategia de supervivencia a analizarla objetivamente y aprender de ella. Lo que está sucediendo en Ucrania, esa guerra cruel y salvaje, no puede dejar de ser un motivo de reflexión para nosotros (ya lo aseveraba la sabiduría popular desde antaño: cuando las barbas de tu vecino veas pelar…)

Y tenemos muchos, demasiados, barberos a nuestro alrededor, no solo Putin, también Marruecos y los islamistas que otean Al-Ándalus desde el Sahel.

Por lo tanto, nos conviene aprender rápidamente las lecciones que nos proporciona la guerra de Ucrania. De momento, principalmente dos: los factores de supervivencia nacional y de libertad que representan el patriotismo y la preparación militar de la sociedad. Sin ellos Ucrania hubiera sido arrollada por Rusia en los dos primeros días de guerra, pero no ha sido así.

Desgraciadamente, España se está adentrando en las peligrosísimas aguas del segundo cuarto del siglo XXI sin cuidar ni potenciar ninguno de esos dos factores, instalada en una retórica “progre” del pacifismo hippy que ya en su propio tiempo (segunda mitad del siglo XX, nótese el desfase temporal) se encontraba superado por la realidad (y abonado y financiado por oscuros intereses enemigos, por cierto en gran medida radicados en Moscú y Pequín, que siguen siendo nuestras principales amenazas).

Según las estadísticas más recientes y precisas, España solo dispone de 4000, sí, solo CUATRO MIL, reservistas (en 1989 eran dos millones y medio) y, para colmo, solo el 16% de la población estaría dispuesta a defender el país de una invasión extranjera. Ni que decir hay que así se llegó a la batalla del Guadalete. Estamos, básicamente, en estado terminal, muertos.

Voy a ahorrarme expresar el profundo desprecio y el asco infinito que me causan todos esos traidores derrotistas que se cruzarían de brazos en caso de una invasión, que se entregarían (y entregarían a sus mujeres, hijos, madres y hermanas, su propia libertad, su destino y su orgullo inexistente a los invasores que ya atisban al otro lado del estrecho o que se relamen desde sus todavía, pero no eternamente, lejanos nidos, atisbando nuestra debilidad) no quiero detenerme en eso. Siendo un hombre de honor, resulta evidente que solo puedo experimentar repugnancia por semejantes deshechos humanos que no merecen el glorioso nombre de españoles y a los que exijo desde aquí que renuncien de inmediato a su nacionalidad y abandonen el país.

Pero hay que ser prácticos: identificar a los culpables de esta situación y desplazarlos del centro del escenario sin obviar su merecido castigo, para revertir el actualmente ineludible ocaso al que nos dirigimos y restablecer la posibilidad de un amanecer brillante o, al menos, de la supervivencia como pueblo y nación. Desgraciadamente, la lista de culpables es enorme y poderosa.

Por supuesto, a la cabeza de esa lista se sitúa el propio régimen de 1978, diseñado desde el principio para el debilitamiento y disgregación de España y la larga serie de gobiernos ineficaces y corruptos que han gestionado a lo largo de décadas unas políticas orientadas al enriquecimiento de la oligarquía a costa del común de los españoles creando una profunda desafección hacia el régimen y los partidos que se traslada al concepto mismo de España que, a su vez, se ha permitido socavar tanto por los independentistas diversos a los que se les ha proporcionado patente de corso y libertad absoluta para combatir al Estado, como por determinadas corrientes izquierdistas vinculadas a intereses extranjeros y contrarias por definición a ese mismo concepto de nación convirtiéndose en fuerzas cancerígenas que han hecho su trabajo debilitador ganando de lejos la batalla propagandística mostrándose, todavía hoy, cuando algunos sectores han alcanzado el Gobierno, como adalides de la modernidad, el progreso y el antifascismo cuando, en realidad, son factores de destrucción y, por lo tanto, de retroceso, miseria y desamparo futuro. En la guerra solo hay dos opciones: o combatiente o refugiado. El pacifismo y el antiespañolismo solo conducen a convertirse en lo segundo, a perderlo todo. Es así. Lo hemos dicho: la realidad es insobornable, e implacable.

Por desgracia, el desinterés y la ineficacia del régimen, corroído por lobistas de la peor especie y cuyos gobiernos se han centrado principalmente en asegurar intereses económicos de determinados grupos mientras contentaban a las masas con discursos demagógicos y fuegos artificiales sobre lo que quieren presentar como modernización y progreso, ha permitido que no solo los medios de comunicación se hayan convertido en sumisos correveidiles de esos discursos hedonistas y disgregadores, también que el sistema educativo fuera permeado por ellos. Ahora los institutos, y sé de lo que hablo, he trabajado en algunos, están copados mayoritariamente por elementos (especialmente, y no deja de ser curioso, elementas) que a sueldo del Estado han establecido férreas dictaduras doctrinales donde se predica el odio a España, se falsifica la Historia, se impone el relato de la izquierda progre ( desde el feminismo radical al pacifismo absurdo), la contracultura de origen hippy y, mientras nuestros enemigos engrasan sus AK 47, aquí educamos tontos hedonistas “flowerpower” incapaces de ser útiles a sí mismos, a sus familias y a la nación.

Afirmo que uno de los grandes males que destruirán España en esta década, si no lo remediamos, son los profesores (e, insisto, muy especialmente las profesoras) de Educación Secundaria (y no creo que las de primaria estén libres de culpa) muchos de los cuales, para el remedio nacional, deberían ser cesados de inmediato y expulsados del sistema educativo dilucidando a posteriori sus graves responsabilidades como corruptores de la juventud.

Hay que cambiar y es preciso hacerlo hoy, no mañana.

© Fernando Busto de la Vega