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TRUJILLO Y OTRAS MALAS HIERBAS.

María Antonia Trujillo, exministra española, traidora y renegada al servicio de Marruecos.

Cualquier español (o española, tanto monta) que niegue la españolidad de Gibraltar o de Ceuta y Melilla, es un traidor declarado. Cualquier español que se ponga al servicio del islam, del protestantismo y sus derivaciones políticas o de Marruecos es un renegado y ambas categorías tienen un solo destino en una España donde el orden y la grandeza se hayan restaurado: el máximo castigo.

Si ese español o española han detentado, como la renegada y traidora María Antonia Trujillo, pasada, vía catre y corrupción, al servicio de Marruecos, algún cargo ministerial o político, el delito es mayor y el castigo deberá ser, por ende, más riguroso.

Naturalmente, esa traidora y renegada, culpable de atentar directamente contra la integridad territorial y moral de España, no sufrirá ningún castigo en el débil e inmoral régimen liberal impuesto por nuestros enemigos que ahora padecemos, lo cual demuestra con total claridad que debemos cambiarlo a la mayor brevedad y con una profunda revisión de todos sus deleznables principios.

En cualquier caso, tarde o temprano, la renegada y traidora Trujillo deberá pagar sus culpas.

Hasta entonces, y sin olvidar quién la nombró ministra, habrá que meditar muy profundamente sobre las últimas consecuencias de la “Alianza de Civilizaciones” que quería vendernos el progresismo patrio encabezado por el tal Rodríguez Zapatero que anda ahora al servicio del régimen bolivariano y, por ende, ejerciendo también de traidor y renegado.

Por cierto, que esa es una condición muy propia de los cabecillas del PSOE. Recordemos a Largo Caballero vendido a Moscú y tratando de quebrar la unidad territorial española, a Indalecio Prieto y Rodolfo Llopis participando en el Movimiento Europeo y en el Contubernio de Múnich que diseñó la débil España actual, a Felipe González vendido a los alemanes a través de la Fundación Friederich Ebert y aceptando nacionalidades distintas de la española (colombiana, dominicana…), a Rodríguez Zapatero y sus chanchullos con bolivarianos y China…a Sánchez y sus acuerdos con bolivarianos e independentistas…

Quien me sigue lo sabe: siempre he sido partidario de la ilegalización del PP, pero también lo soy de la del PSOE y, desde luego, aspiro a un nuevo régimen que castigue a todos los traidores a España y al pueblo que hemos padecido y seguimos padeciendo. Ni me escondo ni me callo. Aunque me censuren y me persigan, que todo se andará y, creedme, ya se ha andado.

© Fernando Busto de la Vega.

ISABEL II, FELIPE VI Y LA MADRE QUE LOS PARIÓ

Leonor de Borbón, una princesa de Asturias a la que se está educando a la inglesa e impregnándola de valores antiespañoles, como es costumbre en los Borbones. Mala cosa.

Basta asomarse a los medios de comunicación españoles para percatarse de que viven en un mundo paralelo destinado no a informar a los ciudadanos sino a manipularlos y poner en circulación y valor determinadas ideologías y paquetes propagandísticos que nada tienen que ver con la realidad y sí con el mantenimiento de ciertas perspectivas anómalas, perjudiciales para España y claramente antiespañolas como la monarquía liberal parlamentaria y las oligarquías que llevan desde 1833 beneficiándose de su existencia.

Ahora que a los medios les ha dado por llorar la muerte de una nonagenaria perteneciente a la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha (lo de Windsor se lo pusieron durante la I Guerra Mundial para no parecer tan alemanes a ojos de los ingleses y disimular su parentesco con el Káiser) quizá sería adecuado recordar que los ingleses fueron los principales enemigos de España durante siglos, que ellos son los que todavía hoy más contribuyen a expandir y consolidar la Leyenda Negra y que, además de ser los principales responsables de la pérdida de la España de Ultramar, todavía no nos han devuelto (ni nosotros podido reconquistar) Gibraltar.

De paso, y esto es aún más importante, deberíamos recordar que la pérdida de Gibraltar se debió a la ambición de la casa francesa de Borbón y la pérdida de la España de Ultramar es responsabilidad de la incompetencia y falta de patriotismo de esos mismos Borbones que a partir de 1833 se hicieron liberales y probritánicos (hasta el punto de que tenemos a la heredera al trono empapándose de cultura anglosajona en un internado guiri) bajo el señuelo de la corrupción y como símbolo de la decadencia nacional a la que condujeron a España.

Dicen que Felipe VI se dirigía a la difunta Isabel II como “Tía Lilibeth” en parte porque su madre y Felipe de Edimburgo pertenecían a la Casa de Glücksburg, una rama alemana de la dinastía danesa de Oldemburgo y en parte porque desciende de Alfonso XIII y una inlgesa-alemana: Victoria Eugenia de Battemberg (familia que acabaría anglificando su nombre como Mountbatten y surgió de un escándalo de 1851 cuando el hermano del príncipe de Hesse-Darmstadt se fugó con Julia Von Hauke, dama de compañía de su hermana, zarina de Rusia, y contrajo matrimonio morganático con ella, de tal modo que el matrimonio de Alfonso XIII con Victoria de Battemberg supuso un reconocimiento púbico e internacional de la decadencia de España y la falta de lustre de los Borbones españoles en el concierto internacional, un signo de decadencia, debilidad e indignidad) y ello ya nos debe poner en guardia frente a nuestros “españolísimos” monarcas (Alfonso XII fue cadete de la academia militar inglesa de Sandhurst…)

Que los poderes fácticos españoles, y en especial algunas facciones que representan a la oligarquía corrupta e incompetente que se apuntó al carro del liberalismo y la anglofilia a partir de 1833, con Cristina de Borbón-Dos Sicilias y el duque de Riánsares, vendiendo a España y su futuro hasta nuestros días, se ocupen de la muerte de Isabel II como lo están haciendo, además de un signo de pura traición a España, es síntoma de la necesidad que tenemos, si deseamos retomar un futuro de crecimiento y grandeza nacional, de sacudirnos ambos yugos: el de dichas oligarquías vendepatrias y el de los Borbones anglicanizados y corruptos que se sustentan en ellas.

Ese es el camino.

© Fernando Busto de la Vega.

LA IZQUIERDA ESPAÑOLA Y LA INTEGRIDAD TERRITORIAL DE ESPAÑA

EL GOLPISTA Y TRAIDOR FRANCISCO LARGO CABALLERO (PSOE)

Un reciente ensayo del historiador Manuel Aguilera Povedano ha desvelado que el gobierno de Largo Caballero, bajo influencia comunista y, por lo tanto, convertido en marioneta del imperialismo soviético (que desde 1926 con su apoyo al complot de Prats de Molló siempre jugó a la desmembración de España ), se planteó la posibilidad de entregar las islas Baleares y Canarias a Italia y Alemania desmembrando así el país para dejar el resto en manos del imperialismo soviético bajo regencia de sátrapas hispanos afiliados al partido único (comunista).

Ya en 1873 los federalistas del cantón de Cartagena, después de reventar España en un sinfín de cantones que solo la efectiva intervención del ejército fue capaz de conjurar, pretendieron entregar la zona que controlaban a los Estados Unidos de América para escapar a su merecido castigo y seguir gobernándola.

En 1817 el general Mina viajó a Nueva España para ponerse de parte de los independentistas mejicanos y el general Riego, masón y liberal, sublevó en 1820 las tropas que iban a partir hacia América para dar un golpe de Estado en la península condenando la unidad ultramarina de España…Es una constante.

ETA surgió bajo el influjo de la URSS y utilizando su retórica anticolonialista, en los años setenta el comunista Antonio Cubillo, a sueldo de Moscú y Argel, luchó por independizar las islas Canarias, a día de hoy los partidos “izquierdistas” pactan y dejan medrar a los independentistas y muchos están a sueldo de los bolivarianos.

Hay un vicio constante, una amenaza permanente a la integridad de España y contra su legado civilizatorio en la izquierda española que deberá ser tomado muy en cuenta cuando el ilegítimo régimen de 1978 se convierta en el Estado fallido que está predestinado a ser y, con terrible esfuerzo y frente a indecibles enemigos y dificultades, consigamos restablecer el orden y un nuevo régimen fuerte y patriótico.

Esto no quiere decir, ni por asomo, que los Borbones y la oligarquía cleptocrática surgida a su alrededor desde 1833 merezcan mucho mejor trato. También son traidores y, lo que es peor, rémoras parasitarias de las que es preciso purgarse. El futuro de España no podrá construirse sobre bases del siglo XIX, XX o XXI. Un horizonte nuevo nos aguarda.

© Fernando Busto de la Vega.