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FREE NIPPLE , AGNÈS SOREL Y LAS COPAS DE CHAMPÁN. LAS ABURRIDAS CRUZADAS DE HOGAÑO.

El siglo XXI está resultando terriblemente aburrido (y llevamos ya un cuarto recorrido como para asegurarlo). La razón es sencilla de comprender. En 1977 se impuso a nivel mundial la Revolución Conservadora impulsada por los yanquis y, con ella, la censura y el puritanismo. Seguimos desde entonces con leyes absurdas, prohibicionismos lerdos, censuras infantiloides…lo típico. Por desgracia, las generaciones que ahora luchan contra eso no lo detestan, solo buscan notoriedad…ya sabemos que vivimos en la ignorancia y la impostura.

La ignorancia hace que muchos miembros de esas generaciones adamitas por simple desconocimiento inicien tediosas e intrascendentes cruzadas pensando que están inventando la rueda y ello, claro está, contribuye infinitamente al aplastante aburrimiento que destila este siglo malhadado (que será apocalíptico, pero un auténtico coñazo), por eso es bueno poner algunas de estas luchas en perspectiva.

En primer lugar, como es obvio y notorio, debo decir que estoy a favor de todo tipo de libertad en lo tocante a eso de mostrar carne y anatomía, especialmente (llamadme guarro y machista) si lo hacen hembras de la especie en edad adecuada y con físico agraciado.

La belleza y la naturaleza no deben ser jamás censuradas y hacerlo demuestra un componente psicopático en la conducta de quienes lo hacen y de las sociedades que lo aceptan.

Dicho esto, sigamos adelante.

Para no aburrir al lector, nos centraremos tan solo en un par de anécdotas históricas con la intención de añadir la adecuada perspectiva al actual debate. Empezaremos por la señora que da título a esta entrada: Agnès Sorel (1422-1450).

Agnès Sorel tenía veinte años cuando en 1442 se convirtió en amante de Carlos VII de Francia (el mismo que había recibido la ayuda de Juana de Arco). Por entonces la reina María de Anjou, que nunca había sido demasiado agraciada, tenía treinta y ocho años, diez hijos y las tetas por completo venidas abajo, puesto que entre la amante y la reina existía una gran rivalidad y la primera podía presumir de la turgencia de sus senos, tanto por su edad como por lo afortunado de su genética, introdujo la moda de enseñarlos en la corte francesa, a sabiendas de que la reina María de Anjou no podía competir. Como vemos en el retrato que ilustra el inicio de esta entrada, el desafío y la moda llegaron incluso hasta la pintura.

Y la moda siguió con otra amante real, Diana de Poitiers, que lo fue de Enrique II y estaba casada precisamente con un nieto de Agnes Sorel y Carlos VII.

DIANA DE POITIERS (1499-1566) EN MODO FREE NIPPLES ALLÁ POR EL SIGLO XVI.

Y con Gabrielle D´Estrées (1573-1599), amante de Enrique IV de Francia, que incluso se hizo retratar en el baño con su hermana.

GABRIELLE D´ESTRÉES (1573-1599) CON SU HERMANA, EN MODO FREE NIPPLE ALLÁ POR EL SIGLO XVI.

Terminaremos, para no alargar la entrada, con el hecho de que las copas de champán tradicionales, estas:

Tienen la forma y el tamaño exacto de los senos de Madame de Pompadour (1721-1764) , la amante de Luis XV, de modo que beber champán en estas copas es como hacerlo en las tetas de la Pompadour…los que utilizáis otros recipientes, a parte de ser unos bárbaros, sorbéis burbujas en tetas sin identificar ni autentificar…una verdadera falta de educación.

¿Más?

Lo dicho: vivimos una época absurda en la que las leyes impuestas por el puritanismo protestante anglosajón ( y me remito a esta otra entrada) nos han conducido ridículamente a épocas anteriores al Renacimiento…recordemos a aquella profesora de Florida despedida por enseñarle el David de Miguel Ángel a sus alumnos…

Sí, no solo Free Nipple: abajo el puritanismo, sí a la libertad y la naturalidad. Acabemos con el prohibicionismo…con todo, también el de las feministas que solo transmiten con atalajes de falso progresismo los valores del puritanismo yanqui.

Y, para acabar…otra reivindicación.

Es decir dos: vosotras que os llamáis amigas del que suscribe y tenéis tetas bonitas…en fin…me animaríais mucho enseñándomelas. Dicho está.

© Fernando Busto de la Vega.

¿LECTORES SENSIBLES?

NATURALMENTE, ES NECESARIO ILUSTRAR ESTA ENTRADA CON UNA IMAGEN QUE DENOTE MACHISMO Y RACISMO Y, SOBRE TODO, INDEPENDENCIA DE CRITERIO CON RESPECTO A LOS CENSORES WOKES. ESCRIBIR ES UN ACTO REVOLUCIONARIO.

Una de las cosas buenas de ser el último mono de la literatura patria es que no me hacen caso ni los abundantes censores que andan estos días por esos mundos convencidos de que la corrección política no es un dogma tan despreciable como todos los demás y ejerciendo de Torquemadas y Savonarolas no solo contra aquellos libros y autores nuevos que pueden defenderse sino, incluso, contra los clásicos.

Vamos a ver: el trabajo de un escritor es, principalmente, poner en solfa cualquier dogma vigente, darle la vuelta a toda normalidad aceptada, provocar, sobrepasar los márgenes para poner en evidencia al poder de turno y sus reglas…que siempre tienen un mismo fin: mantener en el poder al poderoso y en la indefensión y la miseria a los sojuzgados. Escribir es por sí mismo un acto revolucionario.

En ese sentido, en el de evitar la literatura como acción revolucionaria, una de las herramientas más despreciables del poder globalista actual son esos censores, ebrios de puritanismo y de prejuicios maoístas, aunque no tengan ni puñetera idea de quién era Mao Zedong (y del papel que su ideología cumple al servicio del imperialismo totalitario de China) y se crean muy modernos/as/es, que se declaran a sí mismos “sensibles” y trabajan bien por libre, bien, lo que ya riza el rizo, para agencias o editoriales de tal modo que no solo censuran los libros publicados sino aquellos por publicar cuya eclosión impiden, lo cual incide en la desesperada necesidad de los escritores independientes por abrirse camino hacia la luz, a pesar de las editoriales grandes y pequeñas que tratan de impedírselo con criterios crematísticos e ideológicos. Ya sabemos que la buena literatura no va a ser anunciada en televisión ni jaleada en las revistas literarias, se abre ante nosotros el excitante panorama de la contracultura, de la revolución, de la conquista del Estado y el espacio público…¡Somos afortunados! ¡Al combate!

En última instancia, esa de los lectores “sensibles” se trata de censura de la peor especie. Estos lectores “sensibles” no se diferencian en nada de los censores de la inquisición, también aquellos se creían en posesión de la verdad absoluta, aunque, hay que decirlo, sobre todo examinando las publicaciones del Siglo de Oro Español, eran mucho más cultos e inteligentes que las feministas, maricones y negros varios que ahora ejercen de tales con un único objetivo: destruir la Civilización que, les guste o no, es cosa de europeos blancos (no los hay de otro color, mal que les pese).

Estos lectores “sensibles” no han sido capaces de asimilar la Civilización (que es greco-romana) y mucho menos de aceptar el papel subordinado de determinados pueblos con respecto a ella. Así las cosas, en lugar de sumarse a su exigencia moral intentando aportar algo que redima su origen periférico, se empeñan en destruirla mediante la censura, ayudando con ello al ya citado imperialismo totalitario chino.

Estas liendres son miasmas de las catástrofes del siglo XX que todavía nos afectan y representan el síntoma inequívoco de nuestras enfermedades que habremos de curar más temprano que tarde si queremos que la Humanidad y la Civilización sobrevivan. Ello implica poner en valor y recuperar esta última con su sentido filosófico e histórico original y unívoco. Para hacerlo necesitaremos acciones enérgicas y, a menudo, violentas.

Estamos de nuevo al final del imperio romano, de nosotros depende restablecerlo o perdernos en otros mil años de oscuridad. ¡Ah, Flavio Ecio! ¿Dónde estás?…

Mientras tanto, está claro: para defender la Civilización, la Libertad y la supervivencia de la Humanidad es necesario escribir libros machistas, racistas y salvajes. E ir con un bate de béisbol a las presentaciones…Ahora comprendo a los futuristas cuando proclamaban que un puñetazo también es arte.

© Fernando Busto de la Vega.

LA MANTEQUILLA DEL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS

Ya sabemos que el feminismo es una versión más patológica e histérica de lo común del puritanismo evangelista anglosajón. Deberíamos, por lo tanto, mirarlo con desdén e ironía desde la cumbre de nuestro estado de civilización mediterráneo avanzado. Pero no sucede así. Debido a que nuestra oligarquía es, al menos desde 1833, una intermediaria de la colonización extranjera, especialmente la de nuestros enemigos protestantes germánicos, los bárbaros del norte de toda la vida; a que nuestro actual régimen de 1978 fue impuesto por los Estados Unidos y sigue a su servicio y a que nuestra economía está intervenida por el capital yanqui, nos estamos aculturando, dejando que nos colonicen cultural e ideológicamente y sometiéndonos a los dictados de los bárbaros en lugar de insistir en civilizarlos.

Naturalmente, esta es una situación que habrá que revertir más temprano que tarde y, lo sabemos, será preciso aplicar medidas de limpieza muy estricta para librarnos de los traidores y de los elementos troquelados por el enemigo. Hasta entonces los últimos reductos debemos mantenernos firmes en la lucha, contravenir abiertamente la propaganda y la agitación del enemigo y no ceder ni un palmo de terreno en lo que a la razón y nuestra condición respecta.

Últimamente, el feminismo que ha parasitado el Estado en España y sus adláteres andan generando polémicas artificiales a guisa de agitación para subrayar su supuesta superioridad moral y, de paso, imponer su pacata moral enfermizamente puritana de origen evangélico (y ya sabemos que el evangelismo es anti español).

Una de tantas polémicas artificiales destinadas a imponer la censura puritana (esa que considera que el David de Miguel Ángel o la Maja Desnuda de Goya son pornografía) y, de paso, criminalizar al hombre maduro blanco y occidental, es la de la famosa escena del enculamiento de María Schneider en El Último Tango en París.

Ahora la cosa nos la venden desde un supuesto progresismo acusando a los machistas hombres blancos de haber engañado y violado realmente (cuando incluso ella reconoce que todo el acto fue pura simulación) a una joven actriz de diecinueve años. La llamada cultura de la violación y toda esa mierda propagandística…Pero no debemos dejarnos engañar, el rechazo viene de lejos, del mismo 1973, y no procede del progresismo sino del puritanismo anglosajón que andaba por entonces buscando antídotos legales (censura) contra la liberación sexual de los setenta y la derrota que les supuso la campaña contra Garganta Profunda y que ha ido adoptando diversos disfraces para parecer moderno y progre.

NO PUEDO PONER UN FOTOGRAMA MÁS EXPLICATIVO DE GARGANTA PROFUNDA PORQUE ENTONCES LOS ALGORITMOS CENSORES LIMITARÍAN LA DIFUSIÓN DE ESTA ENTRADA Y SUS VISITAS SE VERÍAN MUY MERMADAS. LA CENSURA, ENCRIPTADA Y DISIMULADA, CONTINÚA.

Lo que no soportaban los puritanos de la época, y siguen sin soportar los actuales (por mucho que se disfracen de progres y feministas enrolladas) era la normalización de una relación esporádica que se saliera de la norma impuesta por ellos y que implicase a un hombre maduro con una jovencita (creedme: todavía hoy en día, especialmente entre las mujeres de cierta edad, que se sienten relegadas no solo como entidades sexuales sino como ordenadoras de las oportunidades reproductivas y sexuales de los hombres a los que aspiran a dominar y controlar erigiéndose en máximas censoras sociales, existe la repulsa hacia las relaciones entre hombres maduros y chicas jóvenes. No estoy hablando ya de esas que se encuentran por debajo de las artificiales leyes de consentimiento sexual, también las que son claramente mayores de edad. Es superior a sus fuerzas: en cuanto atisban algo, se lanzan a prohibirlo, censurarlo y boicotearlo…porque escapa a su control social. El feminismo tiene mucho de eso, de mujeres al final de su vida fértil intentando mantener su control reproductivo sobre la sociedad y los machos dominantes…igual que las beatas puritanas de antaño. Pura biología…por eso una sociedad sana es una sociedad que escapa a los intentos de control de las hembras viejas y permite la libertad total de apareamiento de los machos dominantes).

Como decíamos, la polémica sobre la escena de la mantequilla en El Último Tango en París es artificial, forma parte del agitprop del puritanismo evangelista yanqui disfrazado de feminismo progresista para imponer la censura y el control de las beatas sobre las pollas libres que en el mundo son y la seducción que estas ejercen sobre las hembras núbiles o en vías de llegar a serlo cuyos cerebros todavía no han podido lavar.

Como siempre en este tipo de campañas se tiende a demonizar al estrato social al que se odia, se discrimina y se quiere someter o eliminar (los nazis actuaron igual contra los judíos) y a victimizar a la otra parte para justificar el odio contra la primera. Todo lo cual se diluye con una sola pregunta: ¿Quién sería María Schneider sin Marlon Brando, Bernardo Bertolucci y El Último Tango en París?…reto a cualquiera a que, sin mirarlo, me cite a bote pronto otras tres películas de esta señora. Pues eso.

© Fernando Busto de la Vega…Una, Grande y Libre (y no hablo de España, precisamente).

LO JUSTO Y LO APROPIADO

JUMENTUD, DIVINO TESORO.

Ando estos días dándole vueltas a una curiosa dicotomía sobre la que, pienso, no se ha reflexionado lo suficiente: la diferencia sustancial entre aquello que es justo y aquello que es socialmente apropiado y las consecuencias políticas y morales que tal diferencia acarrea.

A menudo lo justo resulta profundamente inapropiado. La Justicia (con mayúscula y como concepto) es básicamente irreverente y revolucionaria porque ni entiende ni debe entender de intereses creados, jerarquías establecidas ,usos consuetudinarios y consensos vigentes. La Justicia, como la Verdad, arraiga en la objetividad y desafía las subjetividades convenientes y los recovecos grises establecidos por el poder en ejercicio.

Lo apropiado (y entramos aquí en esos pantanosos terrenos totalitarios y maniqueos de la corrección política y las ideologías fácticas elevadas a dogmas intocables) viene a encajar en los estrechos márgenes de las conveniencias de dicho poder en ejercicio, en esos recovecos grises tan útiles para la ingeniería social totalitaria, la censura y la represión subrepticia. Hemos, pues, de convenir que lo justo y lo socialmente apropiado son conceptos no solamente diferentes, sino antagónicos. Y deducir que las leyes, como convencionalismos implantados desde el poder en ejercicio, vienen a proteger los intereses establecidos, la perpetuación del poder legislador y los recovecos grises que le permiten dicha perpetuación, no a implementar la Justicia, aunque puedan producirse con aparente equidad y neutralidad.

Así, pues, sabiendo que lo justo y lo apropiado son conceptos antagónicos y que las leyes pertenecen más al convencionalismo de lo apropiado que a la radicalidad de lo justo debemos preguntarnos: ¿Justicia o Ley?

Tengo unos cuantos amigos biempensantes y adocenados que no lo dudarían ni un solo instante: Ley.

Yo, tampoco: Justicia. Es decir: revolución.

Así soy: un idealista sin remedio, un tipo altamente inapropiado, un revolucionario en agraz…quizá, en el fondo, todavía un adolescente lleno de sueños y esperanzas. Acaso la Justicia es también un asomo de Juventud…o, atendiendo a la famosa errata, de Jumentud.

Dejémoslo aquí.

© Fernando Busto de la Vega.

CRISTINA PEDROCHE Y EL PIXELADO

La cobardía y la hipocresía me pueden, no las soporto. Tampoco siento especial interés por los ídolos y productos televisivos. Ni para bien, ni para mal. Pero cuando todos estos factores se convierten en síntomas de una sociedad enferma creo obligado, entre mimosa y mimosa (estos días de fin de año sustituyen en mi vida al café con leche con churros como desayuno), echar un terapéutico cuarto a espadas.

Ya conocemos todo ese revuelo perfectamente provocado y concertado por la mercadotecnia en torno al anzuelo del vestido (y cuanto enseña) de Cristina Pedroche en las campanadas de Nochevieja. Se trata de una acertada campaña de promoción y no deja de ser curiosa y entrañable la inocencia con la que tantos y tantas entran al trapo tomándose en serio lo que no deja de ser una boutade. (Hasta yo estoy dejándome arrastrar a la red, como veis…pero hay que contemporizar y aligerar contenidos en fechas como estas).

No obstante, hablábamos de cobardía e hipocresía, y ahí es donde quería llegar. También se ha puesto de moda, como apoyo a la campaña del vestidito de marras, promocionarla con algún vídeo de esta señora paseándose desnuda por ahí…pero, eso sí: pixelada.

El pixelado se ha convertido, no solo en este caso, en uno de los más repugnantes lugares comunes de la sociedad puritana a la que nos encaminan las grandes multinacionales anglosajonas y el histerismo feminista. La cosa es muy sencilla: ¿no comulgas con el desnudo, te parece indecente, impúdico e inmoral? bien: pues no saques a la gente desnuda. Pero si sacas a gente desnuda, no la pixeles. O en misa o repicando. El quiero y no puedo, la hipocresía y la cobardía (y el retroceso puritano de las costumbres y la censura que nos imponen desde las altas esferas y por completo a espaldas de la realidad social) me producen arcadas y no voy a pasar sin denunciarlos…aunque calmaré mi ira con otra mimosa…soy de buen natural.

He aquí un par de mimosas sin pixelar.

PD.- ¿Os habéis dado cuenta de que hemos vuelto a la ñoñería cutre de los años sesenta? ¿Al refrán aquel de “con Fraga hasta la braga?…¿Al querer y no poder? ¿Al presumir de modernos y aplicar la censura más rancia?…Me río yo del siglo XXI.

© Fernando Busto de la Vega.