Tag Archives: Elon Musk

MERCENARIOS (A UN PASO DEL SUPERVILLANO CIBERPUNK)

El auge de los mercenarios, desde la antigüedad, es siempre una mala noticia. Significa que la legitimidad institucional se está conculcando en favor de los intereses privados y las aspiraciones tiránicas de unos pocos con poder y dinero. Que la soberanía nacional representada por un ejército de ciudadanos (y no oculto nunca mi firme apuesta por el ejército de reemplazo y la adecuada militarización ciudadana como parte fundamental de la verdadera democracia) decaiga en favor de unos “contratistas” (el eufemismo es yanqui, y no debemos olvidar nunca que fueron los Estados Unidos quienes comenzaron la oleada de mercenariazgo que sufrimos con Blackwater en Iraq) solo significa que los intereses comunes no justifican las guerras que se pretenden y por ello se recurre a fuerzas “profesionales” y “externalizadas”. Un mercenario va a donde no iría un ciudadano y hace cosas que este se negaría a hacer o que, de hacerlas, serían consideradas delito acarreándole graves consecuencias judiciales a su regreso del teatro de operaciones. A buen entendedor…

Por lo tanto, la multiplicación de empresas de mercenarios a lo largo y ancho del planeta no puede ni debe dejarnos indiferentes. Es un presagio evidente de hacia donde va el mundo. Y la corriente no transcurre a nuestro favor, a favor del ciudadano honrado y decente que trata de salir adelante en un escenario en crisis donde los poderosos juegan con cartas marcadas y todo está diseñado para que ganen siempre los mismos a costa de la mayoría. Y diré más: hoy en día los mercenarios se usan en guerras lejanas y eso puede darnos una falsa sensación de tranquilidad y seguridad, pero, a poco que caviléis, comprenderéis que esos mismos mercenarios serían utilizados contra nosotros en el mismo momento en que el poder de quienes les pagan se viera amenazado, en el mismo instante en que reclamásemos justicia y empezásemos a cuestionar el viciado y corrupto sistema en el que vivimos y que cada día nos hará más pobres y nos arrebatará (ya lo está haciendo) la dignidad y las opciones de supervivencia. ¿En serio pensáis que seguís viviendo en el primer mundo y que los derechos de vuestros padres os están garantizados?…

No fue casualidad que, en España, durante el Aznarato, el malbaratamiento de las empresas públicas, la destrucción del Estado, el ataque a la Educación y Sanidad públicas, a los derechos de los trabajadores y demás tropelías cometidas por el traidor Aznar y sus compinches caminase de la mano de nuestra inclusión en campañas militares ilegales justificadas con mentiras y el fin del servicio militar con la creación de un llamado ejército profesional…fue únicamente un hito en el camino que solo se ha revertido en parte. El siguiente paso es evidente: empeoramiento constante de las condiciones sociales que ya estamos viendo y la aparición de mercenarios para la represión (que veremos en el futuro cercano)…

Naturalmente, en los tiempos que corren, el gran escenario de los mercenarios es Rusia con empresas como Wagner.

Esta, Wagner, es tan grande y tan llamativa que oculta bajo su sombra toda una serie de fenómenos ya en curso que predicen con nitidez la deriva de nuestro mundo en un futuro no muy lejano. A la sombra de Wagner están surgiendo en Rusia toda una serie de ejércitos privados a sueldo de grandes corporaciones (Gazprom, entre otras) o sectas poderosas (la Iglesia Ortodoxa Rusa, por ejemplo) que anticipan un escenario neofeudal y, al tiempo, apocalípticamente ciberpunk. La distopía llama a nuestra puerta.

Si nadie lo remedia, y ninguna institución actual lo pretende (a fin de cuentas las controlan los mismos que están avanzando en la implementación de la distopía totalitaria corporativa) el futuro cercano verá la desaparición del Estado y con él la posibilidad real de democracia y soberanía nacional (si bien, como ocurrió en la antigua Roma, las instituciones “republicanas” se mantendrán como teatrillo conveniente) y la imposición de corporaciones enrocadas en los pilares del control total mediante los medios digitales y el poder de empresas militares privadas. Que veamos a un Elon Musk, a un Mark Zuckerberg, a un Jeff Bezos, a un Bill Gates o a sus sucesores fuera de control y con un ejército de mercenarios es solo cuestión de años, no décadas.

Sé, porque sois inocentes, ignorantes y prepotentes a partes iguales, que sonreiréis con autosuficiencia ante esta advertencia y me desdeñaréis como adicto a las teorías conspiranóicas… un loco más…¡ojalá fuera cierto! Pero, no. Por desgracia tengo razón. Estamos jodidos, muy jodidos…prácticamente muertos.

© Fernando Busto de la Vega.

ELON MUSK, TWITTER Y EL CAPITALISMO DE SIEMPRE

Uno de los signos más evidentes de la decadencia en la que nos estamos adentrando y de la absoluta falta de cultura social y política de muchos individuos de nuestras adocenadas sociedades occidentales es la admiración e incluso reverencia, fanática y casi de naturaleza feudal (sin recibir nada a cambio, antes al contrario: ofreciendo sus propios haberes al ídolo), por ciertos destacados empresarios señeros con hechuras de supervillanos o, en el mejor de los casos, de peligrosas amenazas para la democracia y la sociedad en su conjunto.

Explotadores y especuladores que se nos venden como genios revolucionarios que, usando tácticas luciferinas, nos ofrecen imperios que, en la práctica, no son otra cosa que fantasías, cortinas de humo. Desde las redes sociales que sirven básicamente como instrumentos de control social y aperos del totalitarismo en su consunción con los servicios secretos y los intereses políticos, sociales y económicos de las grandes corporaciones hasta las más innecesarias y absurdas innovaciones que nos presentan como escalones hacia un futuro idílico (ya se sabe: es una de las más básicas tácticas del capitalismo, crear necesidades previamente inexistentes y expectativas sobre la vacuidad. En otras palabras: estafas de cuento largo para embaucar a los toliguis menos avispados).

¿Significa lo anterior que rechazo la tecnología y me opongo al progreso? En absoluto. Me opongo a que esa tecnología y ese supuesto progreso esté en manos de una escueta élite oligárquica de ideología explotadora y totalitaria. En ese sentido China es una gravísima amenaza, pero los incensados oligarcas occidentales no dejan de serlo en idéntico grado por mucho que nos los vendan como salvadores y genios.

No soy cristiano, pero aprecio esa idea de que el Demonio vendrá al mundo disfrazado de grandeza y belleza y que su dominio se establecerá por la mentira y la seducción. Ya está sucediendo si otorgamos a las vacuas promesas de la tecnología y a quienes las manejan y nos las ofrecen envueltas y primoroso organdí como esa figura maligna que busca esclavizarnos mediante la fascinación.

Uno de estos oligarcas que nos presentan propagandísticamente como salvadores sin serlo (y que hasta series populares como The Simpsons y The Big Bang Theory nos han embellecido para el consumo de masas) es Elon Musk, al que suele tratársele de genio revolucionario y guía indiscutible hacia el futuro.

Sin embargo, quien pretenda comprender la realidad que le rodea y prever adecuadamente el futuro que le aguarda, se fija en los hechos, no en las palabras ni en las fantasías publicitarias. Y en este momento empresarialmente crucial en el que el oligarca de marras da un zarpazo más hacia el monopolio (y, por lo tanto, la explotación total y totalitaria de la sociedad) los hechos son públicos, comprobables y elocuentes.

Elon Musk adquiere Twitter para completar su imperio extractivo y, ¡oh, sorpresa!, actúa con los más viejos y rancios métodos del capitalismo de siempre: reduciendo salvajemente la plantilla para aligerar costes (y redoblando la carga de trabajo de los empleados que se salven de la quema y que quedarán quietos, callados y explotados a falta de sindicación y con la espada de Damocles del despido pendiendo sobre sus cabezas).

¿Queréis comprender el presente y anticipar el futuro? Es sencillo: Elon Musk se ha quitado la careta al comprar Twitter…es el viejo capitalismo de siempre. La explotación y la tiranía global a la que aspiran las grandes corporaciones. En vuestras manos está cambiar ese futuro distópico al que nos abocan.

Despertad, comprended, cambiad, actuad.

© Fernando Busto de la Vega.